"Pelé good; Maradona better; George Best."

11.2.09

Perdidos 2


Hace tiempo que no se lo ve por el medio. Lejos había quedado su versión futbolística –recordemos que fue arquero de Boca y Vélez, entre otros- y hoy pasado el tiempo, el mismo Sandro Guzmán que alguna vez vivió el éxito, también disfruta de otro buen momento, aunque no sea tan popular: su kiosco. Pero en Diarioshow.com el ahora flamante Dj Sandro, sacó a relucir su vida alejada del deporte. Y además, cuenta cómo es vivir atendiendo un negocio.

¿Cómo estás Sandro? Así que esta es tu vida hoy en día.

Bien, muy bien. Sí, esta es mi vida. La que construí a base de esfuerzo. Estoy trabajando mucho gracias a dios, a este comercio hay que estarle muy encima, no podés descuidarle nada. Además, es de lo que vivo.

¿Está bueno atender un kiosco o lo ves como un trabajo y nada más?

No lo tomo como un trabajo. A mí me gusta mucho atenderlo. Por eso se me pasa el tiempo volando. Lo disfruto mucho. Acá aprendí a valorar a las personas, entendí lo que es a veces, no tener para comer o mismo que te falten cinco para el peso.

Sandro tiene el kiosco en el corazón de Ramos Mejía, sobre la calle Rosales, a tan sólo tres cuadras de la estación. Allí, pasa sus tardes entre mate y mate con amigos y su querida amiga Leonilda.

¿Vos te encargas de todo acá? De los pedidos, de controlar la mercadería…

Exacto. Hago todo. Obviamente, tengo la ayuda de una amiga (Leonilda) quien comparte varias horas del día conmigo. Pero básicamente me toca hacer todo, y yo estoy feliz, desde pagarle al de las papas fritas a encargar pilas. De todo un poco, y así funciona la cosa.

¿Con qué producto se gana más?

No, no hay algo específico, es el surtido. La mezcla ayuda, pero cuando no hay plata, no hay plata, y la gente no compra.

¿Y la viveza del comerciante para sacarle algo, no?

Noo, olvidate, soy todo lo contrario. Un ejemplo; si me piden algo de limpieza que no tengo, no le vendo cualquier cosa. O de perfumería, da igual. Yo siempre digo que en vez de vender, le doy un servicio a la gente.

Pero si la gente no te pagara ¿Trabajarías gratis?

(Haciendo un silencio atroz)

¿Cómo es estar hoy atendiendo un negocio pudiendo estar en el medio haciendo periodismo o estar ligado al fútbol?

Para mí el fútbol ya fue. No lo juego ni con amigos. Es un capítulo cerrado. Y periodista, no. Estoy bien así como estoy, lo vivo, lo disfruto, sin presiones, no tengo a nadie que me de instrucciones.

¿Eso pasaba en el fútbol?

Y, claro, qué te parece. No era fácil convivir con eso. Siempre repito lo mismo, dios me ayudó a poder salir de ese ambiente que no era para mí.

¿Te acordaste tarde o pudiste salir a tiempo?

Ahí… la viví… disfruté, gasté… Era una persona totalmente distinta a esta. Hacía la vida de un tipo que estaba jugando en Boca donde todo era color de rosa. Ahora, cambié, hasta soy mejor persona.

¿Cuándo decidiste abrirte del fútbol?

Cuando ya me sentía mal, y cuando no estaba cómodo. Después de All Boys, dije “no quiero más”. Y así dejé. Tal es así que seguí teniendo ofertas de varios clubes del ascenso.

¿Ninguna te tentó?

No. Para nada. Lo mío con la redonda es un capítulo cerrado. Así estoy bárbaro.

¿Qué hay de tu peinado?

¿Qué tiene mi peinado ? ¿Las rastas?

Sí.

Es mi manera de tener el pelo. Es el modo que siento a rasta en el corazón. Que tenga el pelo así no significa que sea cantante de reggae ni mucho menos. Lo mío es pura y exclusivamente por el amor al rastafari.

¿En qué se diferencia un rasta como decís vos que lo llevas adentro a un fanático del reggae?

Y, son dos cosas totalmente diferentes. Yo puedo cantar, y pasar un poco de música e interpretando reggae pero nada más. El rasta hace una vida de sacrificio por lo que cree. La música que hacen muchas bandas es marketing, eso es todo.

¿Qué tan sacrificada puede ser la vida para un rasta?

No como carne, por ejemplo. Somos vegetarianos. Fundamento esencial de un rasta. Tampoco tomo alcohol, no me gusta tomar nada que preparen en los boliches. Prefiero preparar mis cosas yo de manera casera.

¿No te tienta una hamburguesa o un pedazo de carne a la parrilla?

No. Ya no, al principio sí como todo. Pero ahora, ya está superado. Ya no me da ganas de comer carne. Por eso te digo que es muy sacrificada la vida del rastafari.

¿No te ponés a pensar porqué estás acá como vendedor en vez de poder vivir de otra manera? Más habiendo jugado en uno de los clubes más importantes de Argentina.

No, ya no lo pienso, vivo el día a día, ¿Sabes por qué? Porque dios te valora como sos, lo que uno tiene no significa nada. Yo eso lo aprendí con el tiempo. Lo importante son los valores de cada uno, es todo.

No hay comentarios.: