Alguna vez le preguntaron en el mundial 2006 a Luis Aragones que le faltaba a España para estar al nivel de Francia y el contesto “2 copas de Europa y un Mundial” mas allá de la rapidez mental del Ibérico la respuesta apunta a algo concreto y olvidado por muchos. La mística, para ser precisos la construcción de la mística. Y es que en las competencias mundiales no entra en juego el presente de los quipos (muéstrenme un favorito campeón) sino valores agregados que no son computables, ni medibles. En general el creer popular piensa que las estadísticas de nada sirven, que los fríos números tienen como única función la de decorar anuarios o sostener charlas de café pero que poco aportan al juego en concreto. Lamento contradecirlos pero seguí leyendo acá...
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